Alicia María Velásquez Samuc

Introducción 

Guatemala es un país caracterizado por su diversidad cultural, con más de la mitad de su población perteneciente a pueblos indígenas, entre ellos los Mayas, Xinkas y Garífunas, cuyas cosmovisiones y prácticas tradicionales de salud siguen vigentes en la vida cotidiana. Históricamente, los sistemas oficiales de salud están diseñados bajo modelos biomédicos occidentales que poco consideran esta diversidad, generando exclusión, desigualdades y barreras de acceso a los servicios para amplios sectores de la población.

Ante esta realidad la salud no puede ser comprendida únicamente desde parámetros biomédicos como la ausencia de una enfermedad; demanda analizarse considerando los contextos históricos, sociales y culturales de los pueblos. En este sentido conceptos como la pertinencia cultural en salud y el Buen Vivir, surgen como una necesidad ineludible de repensar el bienestar como un fenómeno integral, comunitario y en profunda relación con la naturaleza.

Planteando una propuesta transformadora que desafía los enfoques convencionales de la medicina moderna, al construir sistemas de salud interculturales, donde el diálogo respetuoso y horizontal entre saberes permita sanar no solo los cuerpos, sino también las relaciones sociales y ecológicas dañadas por siglos de colonización y exclusión. Reconocer la diversidad de conocimientos y prácticas es un paso esencial para garantizar el derecho a la salud de todos los pueblos y para avanzar hacia sociedades más equitativas, plurales y sostenibles.

Nudos estructurales de la salud en Guatemala

El sistema de salud en Guatemala enfrenta importantes inequidades en acceso, integración y sobre todo un financiamiento reducido que se traduce en una salud desigual para la población.  Según el XII Censo Nacional del 2018, el 43.6 % de la población pertenece a los grupos étnicos y lingüísticos que conforman la riqueza multicultural del país y que sufren mayormente las consecuencias de estas disparidades, especialmente en las áreas indígenas rurales. Desde la perspectiva intercultural se pueden definir los siguientes nudos estructurales que impiden que la salud funcione de manera equitativa, integral y accesible:

Acceso desigual a los servicios de salud: el sistema no ha logrado cubrir a toda la población, las diferencias socioeconómicas, geográficas, étnicas y de género marcan quiénes pueden recibir atención de calidad y quiénes no. El Informe de Seguimiento de la cobertura sanitaria universal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial en el 2023 indica que las poblaciones indígenas, rurales y en situaciones de pobreza son quienes menos acceso a la salud tienen.  

Un sistema de salud segmentado: compuesto por subsistemas (Publico, seguridad social y privado) que trabajan desarticulados, con programas verticalizados y sistemas de comunicación ineficientes; generando duplicidad, gasto innecesario de recursos y una limitada participación social.

Modelos hegemónicos predominantes: la salud está comprendida bajo un modelo biomédico occidental, que no integra otras formas de hacer salud, especialmente los saberes ancestrales de los pueblos indígenas. Estos modelos imponen sus prácticas como las únicas legítimas, marginando o despreciando las medicinas tradicionales, reproduciendo las desigualdades y exclusiones.

Enfoque reduccionista de la Salud: entiende la salud como un simple proceso físico- biológico, dejando a un lado sus condicionantes y determinantes, que requieren de una visión holística. Convirtiendo la atención como un proceso curativo, que favorece la medicalización y debilita la prevención.

Pertinencia Cultural en la Salud

Con la declaración de un marco jurídico nacional e internacional y la firma de los acuerdos de paz en Guatemala se han tenido importantes avances en materia del derecho a la salud de los cuatro pueblos (maya, garífuna, xinca y mestizo) que coexisten en el territorio, sobre todo en el reconocimiento de los diferentes sistemas de salud propios que cada uno representa. La naturaleza multicultural del país exige al Estado

Definir modelos de atención integrales que promuevan la participación de instituciones sectoriales y comunidad organizada, priorizando acciones de promoción de la salud y prevención de las enfermedades garantizando dicha atención en los distintos niveles de atención tomando en cuenta el contexto nacional, multiétnico, pluricultural y multilingüe. (Segundo Considerando del Acuerdo Ministerial No. 1632-2009, 2009)

El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, rector de la salud en el país, define la pertinencia cultural como “el principio de derecho a la diferencia, es decir adecuado a la cultura; que conceptualiza, organiza e implementa la prestación del servicio tomando como referente los valores de la cosmovisión, formas de vida y creencias de los pueblos” (Modelo de Atención y Gestión, 2017, p.20).  No se trata solo de hablar el idioma o usar indumentarias mayas en un establecimiento de salud, sino de garantizar que la atención de salud sea coherente con la forma en que cada pueblo entiende la vida y el proceso de salud- enfermedad.

Históricamente el sistema biomédico predominaba en la salud pública, excluyendo y subordinando las practicas ancestrales relacionadas con la salud, no es hasta el año 2009 que la pertinencia cultural cobra importancia en el sistema público. Con la creación de la Unidad de Atención de la Salud de los Pueblos Indígenas e Interculturalidad en Guatemala, “se promueve la incorporación del entendimiento del fenómeno de salud-enfermedad desde lo energético, psicológico y biológico, en la atención brindada por los servicios de salud; geográfica y culturalmente accesibles; adaptados y aceptados por los Pueblos Indígenas en Guatemala” (Articulo 3,  Acuerdo Ministerial No. 1632-2009, 2009) y la integración de la pertinencia cultural en las Normas de Atención en Salud, se inicia un largo camino hacia una atención equitativa, libre de discriminación y adecuado a la cultura local.

Con la implementación del Modelo de Atención y Gestión (2018) que prioriza la pertinencia cultural como uno de sus enfoques se “reconoce las dimensiones socio culturales, simbólicas y energéticas de la salud, así como también la relación con la madre naturaleza, proponiendo la concepción multidimensional de la salud” (p.20).  Algunas de las acciones inmediatas que se fueron estableciendo en los diferentes procesos de atención se enfocan en:

  • Los proveedores de la salud: proveedores que hablen el idioma local, el uso de la indumentaria maya, el cambio de actitud enfocada en el respeto a los actores de los sistemas de salud indígena.
  • Atención a las y los usuarios: respeto a los elementos simbólicos, atención en el idioma materno, atención por el mismo género, libre elección de la posición del parto en los establecimientos de salud, acompañamiento de familia, terapeutas o personas de confianza, respeto a los rituales del parto, uso de la medicina natural, desagregación por pueblo y comunidad lingüística en el registro de los pacientes;
  • Infraestructura: adecuación cultural de los colores, decoraciones, mobiliarios y temascales.  Estas acciones contribuyen a la necesidad de generar una salud horizontal, equitativa incluyente y descolonizada.

El Buen Vivir y la Salud

El Buen Vivir, también llamado desde los pueblos originarios como Utz K´aslemal, Utzilaj K´aslemal, Raxnaquil K´aslemal, Ral Cho´Cho´ y Tb´anil Chwinqlal (CPO, 2021), es una filosofía de vida integral, originaria de los pueblos indígenas que plantea una vida en armonía con uno mismo, con la comunidad y con la Madre Naturaleza, desafiando todo modelo occidental de bienestar, predominantemente individualista y economicista. Desde la perspectiva de la salud se entiende como un equilibrio integral entre lo físico, lo emocional y lo espiritual; una condición colectiva que refleja las relaciones de respeto, reciprocidad y cuidado mutuo, una filosofía que no se mide solo por indicadores médicos, sino por el bienestar integral de las personas, los pueblos y la naturaleza.

Antes de la colonia, las abuelas y los abuelos mayas eran portadores de la sabiduría ancestral de la salud y la medicina, de un conjunto de principios y valores que constituyen la cosmovisión del Pueblo Maya (El Telégrafo, 2017). Sus principios están regidos en el Equilibrio, entendiendo que todo está estrechamente relacionado entre la vida humana y la Madre Naturaleza; La salud como un tejido comunitario, la salud individual es el resultado del bienestar colectivo; respeto a los ciclos naturales, basado en el Calendario Maya que marca los tiempos para la vida, la siembra, la salud y los rituales; Espiritualidad Cotidiana, reconociendo la gran influencia de la dimensión energética espiritual en el bienestar integral.

Las practicas ancestrales del Buen Vivir en la salud incluye: el uso de la medicina tradicional, con plantas medicinales que tienen un propósito de sanación. Uso de elementos terapéuticos, como el temazcal que purifica el cuerpo físico, espiritual y emocional.  Rituales de sanación, mediante las ceremonias y rezos de agradecimiento que pueden ser individuales o colectivos. Conexión profunda con la naturaleza, reconociendo a la Tierra como un recurso que da vida, que debe ser cuidada y utilizada para la subsistencia respetuosa.

La Salud desde la perspectiva del Buen Vivir surge como respuesta a los desafíos de la hegemonía medica occidental que desplaza los saberes, deslegitimizando muchas practicas tradicionales. Las prácticas de racismo y exclusión en muchos sistemas públicos que afecta en su mayoría a las poblaciones indígenas y los despojos territoriales que amenazan la naturaleza en donde cohabitan las comunidades

Una salud que integra saberes

En el contexto de Guatemala los conceptos de pertinencia cultural en la salud y el Buen Vivir permite construir un pensamiento holístico y amplio de la salud, frente a los modelos tradicionales de atención; conceptos que permiten reconocer la legitimidad de las diferentes concepciones del proceso de salud y enfermedad, valorar las dimensiones psicológicas, energéticas, espirituales y colectivas del bienestar y fortalecer el respeto de la identidad cultural de los pueblos

Desde esta perspectiva la salud ya no puede pensarse como la ausencia de la enfermedad, sino como el resultado de múltiples factores que interactúan y que su desequilibrio afecta el bienestar individual y colectivo. Donde convergen múltiples saberes desde la biomedicina, la medicina ancestral y otros modelos populares, que se relacionan desde la cooperación, la complementariedad, el aprendizaje mutuo y no desde la subordinación.

Conclusión

El seguir pensado en el concepto de la salud desde una perspectiva hegemónica, no responde a la riqueza cultural que cohabita en nuestro país, invisibiliza los determinantes sociales que sostienen las causas profundas del proceso de la salud- enfermedad y reproduce las desigualdades en el acceso a la salud que la convierte en un privilegio más que un derecho.  Promover la salud intercultural y el Buen Vivir en Guatemala implica también un acto de justicia histórica. Después de siglos de colonización, racismo y marginación, reconocer y revitalizar los sistemas de conocimiento indígenas es parte esencial de la reconstrucción de un país verdaderamente plural y democrático. Además, en un contexto global de crisis ambiental y deshumanización, las cosmovisiones indígenas ofrecen alternativas profundas y sostenibles para el cuidado de la vida.

En los últimos años se ha logrado establecer terrenos comunes en materia de salud desde la biomedicina y la medicina ancestral, no basta la buena voluntad para seguir impulsando estos principios, más bien es importante establecer políticas estatales desde la visión de los cuatro pueblos para el Buen Vivir que “ potencie y proteja la vida, la salud, educación, dignidad, libertad e integridad de las personas y de los pueblos, velando y garantizando la igualdad de capacidades, condiciones y oportunidades para el Buen Vivir de las mujeres, hombres, niñez,  juventud y personas de la tercer edad. (Consejo del Pueblo Maya, 2021, p.44)

Referencias

Consejo del Pueblo Maya (2021). Cuatro Pactos necesarios para la construcción de un Estado Plurinacional en Guatemala. Propuesta para debatir. Serviprensa.

El Telégrafo (03 de enero de 2017). Utz K’aslemal, el Buen Vivir de los pueblos mayas. https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/buen/1/utz-k-aslemal-el-buen-vivir-de-los-pueblos-mayas.

Instituto de Salud Incluyente (2010). Modelo Incluyente en Salud. https:// https://isis.org.gt/images/publicaciones/libros/ISIS_Cuaderno_1_Modelo_Incluyente_En_Salud.pdf

Instituto de Salud Incluyente (2018). Hacia un Sistema Publico Integral e Incluyente de Salud. Reconceptualización y lineamientos técnicos de la red de atención en salud, la concepción de la espiral. https://isis.org.gt/images/publicaciones/libros/Hacia_un_sistema_publico_integral_e_incluyente_de_salud.pdf

Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (2009). Normas con Pertinencia Cultural, hacia la interculturalidad. http://bvs.gt/eblueinfo/GP/GP_001.pdf

Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (2018). Modelos de Atención y Gestión para Áreas de Salud. http://cimfwonca.org/wp-content/uploads/MODELODEATENCIONYGESTION-Guate.pdf Organización Mundial de la Salud (2023). Informe “Tracking Universal Health Coverage” (Seguimiento de la cobertura sanitaria universal). https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/374059/9789240080379-eng.pdf?sequence=1